El tema de la Reunión Anual de la American Society of Clinical Oncology 2023 es Unión con el paciente: La pieza clave de la investigación y la atención oncológica. Del 2 al 6 de junio en Chicago, Illinois, y en línea, investigadores y médicos clínicos especializados en cáncer de todo el mundo se reunirán para analizar la investigación más reciente y cómo garantizar que todas las personas reciban la atención oncológica que necesitan.

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La investigación que se presentará hoy es la siguiente: 

La radioterapia podría no ser necesaria para el linfoma primario mediastinal de células B

¿A quién afecta este estudio? Personas con linfoma primario mediastinal de células B que han recibido tratamiento con quimioinmunoterapia, que es una combinación de quimioterapia y el anticuerpo monoclonal rituximab (Rituxan). 

¿Cuáles fueron los hallazgos de este estudio? Los resultados del ensayo clínico global IELSG37 (en inglés) hallaron que la quimioinmunoterapia por sí sola es un tratamiento eficaz para el linfoma primario mediastinal de células B y que no administrar radioterapia como parte del tratamiento no afecta a las posibilidades de curación de un paciente. 

El linfoma primario mediastinal de células B es una forma agresiva de linfoma difuso de células B grandes y es más frecuente en mujeres de entre 30 y 40 años de edad. Se presenta como una masa grande en el centro del pecho. La masa puede producir problemas para respirar o síndrome de la vena cava superior (SVCS), un conjunto de síntomas provocado por el bloqueo o la compresión parcial de la vena cava superior. La vena cava superior es la vena principal que transporta sangre al corazón desde la cabeza, el cuello, la parte superior del pecho y los brazos. Aproximadamente el 2.5 % de las personas con linfoma no Hodgkin tienen este subtipo.

El tratamiento para el linfoma primario mediastinal de células B ha incluido tradicionalmente radioterapia después de la quimioinmunoterapia para reducir el riesgo de reaparición del cáncer, lo que se denomina recidiva o recurrencia. En este estudio, los investigadores querían saber si la radioterapia era una parte eficaz del plan de tratamiento. La radioterapia en el pecho conlleva riesgos conocidos. Puede provocar problemas cardíacos y pulmonares y aumentar el riesgo de desarrollar segundos cánceres, como cánceres de mama, de tiroides y de pulmón.

Los participantes del estudio fueron 336 mujeres y 209 hombres, y tenían entre 18 y 70 años de edad. La mediana de la edad de los pacientes fue de 35 años, es decir, la mitad era mayor de 35 y la otra mitad, menor de 35. Todos los participantes recibieron la quimioinmunoterapia estándar. Poco más de la mitad de los pacientes (50.6 %) presentaron una respuesta completa a la quimioinmunoterapia. Estos 268 pacientes con una respuesta completa fueron asignados aleatoriamente a 2 grupos de tratamiento diferentes.

Un grupo (136 pacientes) recibió la radioterapia adicional y el otro grupo de tratamiento (132 pacientes) se observó estrechamente. Los investigadores observaron que los pacientes en remisión completa presentaban una tasa de supervivencia general del 99 % a los 30 meses, independientemente de si recibían radioterapia o no. La adición de radioterapia para reducir el riesgo de recurrencia produjo poco beneficio. A los 30 meses, el cáncer había dejado de crecer o de extenderse en el 98.5 % de los que recibieron radioterapia y en el 96.2 % de los que no lo hicieron.

Otros estudios recientes han demostrado que los regímenes de quimioinmunoterapia agresivos por sí solos pueden ser muy eficaces en el tratamiento del linfoma primario mediastinal de células B sin el uso de radioterapia. Además, los inhibidores de los puntos de control y la terapia de células CAR-T son prometedores como tratamientos para el linfoma que vuelve después del tratamiento.  

¿Qué significa esto para los pacientes? Cuando el linfoma primario mediastinal de células B tiene una respuesta completa a la quimioinmunoterapia, los pacientes tienen un riesgo muy bajo de reaparición del cáncer y probablemente puedan evitar la radioterapia y sus efectos secundarios relacionados.

La necesidad de maximizar las tasas de curación con la terapia inicial ha convertido a la radioterapia de consolidación en un estándar de atención histórico, basándose en los malos resultados obtenidos con la quimioterapia sola antes del rituximab y los excelentes resultados mostrados en ensayos en los que casi todos los pacientes se sometieron a irradiación. Este estudio muestra que la quimioinmunoterapia por sí sola es un tratamiento eficaz para el linfoma primario de células B mediastínico y respalda firmemente la omisión de radioterapia sin afectar a las posibilidades de curación”.

 

— autor principal del estudio, Emanuele Zucca, MD
Oncology Institute of Southern Switzerland
Bellinzona, Suiza

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