Una gammagrafía ósea es una prueba de medicina nuclear que se utiliza para diagnosticar muchos tipos diferentes de problemas y enfermedades óseas. El procedimiento utiliza una pequeña cantidad de una sustancia radioactiva llamada trazador, que muestra un posible daño óseo en zonas en las que el cuerpo ha absorbido demasiado o muy poco trazador. El motivo por el que su médico puede realizar una gammagrafía ósea durante las pruebas de diagnóstico es ver si ese daño óseo podría implicar cáncer.

El uso de una gammagrafía ósea cuando se sospecha cáncer puede ser especialmente útil porque la gammagrafía puede encontrar tanto cáncer primario —o cáncer que comenzó en los huesos— como metástasis óseas, que es cáncer que se ha propagado a los huesos desde otra parte del cuerpo. Algunos cánceres que pueden implicar metástasis óseas incluyen cáncer de mama, cáncer de pulmón, linfoma y otros. Una gammagrafía ósea también puede encontrar cambios en los huesos mucho antes de lo que se pueden observar mediante una radiografía normal.

Otro motivo por el que su médico podría solicitar una gammagrafía ósea es si ya le han diagnosticado cáncer de los huesos. Esto se debe a que se puede utilizar una gammagrafía ósea para controlar qué tan bien funciona el tratamiento contra el cáncer de huesos (en inglés).

Para la gammagrafía en sí, puede acudir al Departamento de Radiología o al Departamento de Medicina Nuclear de un hospital o a un centro de estudios por imágenes ambulatorio. Antes de la gammagrafía ósea, se le administrará una pequeña cantidad de trazador a través de una vena del brazo. Este tardará entre una y cuatro horas en absorberse. A continuación, normalmente se le realizará una gammagrafía ósea de todo el cuerpo, que dura aproximadamente 1 hora.

Durante la gammagrafía ósea, el trazador emite un tipo de radiación llamada radiación gamma, y una cámara explora el cuerpo y detecta esta radiación. El hueso sano se ve más claro en la gammagrafía. Las zonas en las que el cuerpo ha absorbido demasiado o muy poco trazador se destacan en la imagen y se llaman “focos”. Estos focos indican que hay daño óseo, lo que podría indicar cáncer de hueso o metástasis óseas. Si su gammagrafía ósea muestra daño en los huesos, su médico podría recomendarle más pruebas. Hable con su médico antes de la gammagrafía sobre por qué se le está realizando, cualquier preparación especial para la prueba que pueda tener que realizar y lo que podrían significar los resultados para su atención oncológica.

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