La información se revisará y actualizará diariamente. Se publicó por primera vez el 3 de marzo 2020.

Merry Jennifer Markham, MD, FACP, FASCO es la jefa interina de la División de Hematología y Oncología de la Universidad de Florida (UF), profesora adjunta de la Facultad de Medicina de la UF, y directora adjunta de asuntos médicos en UF Health Cancer Center. Se especializa en el tratamiento de cánceres ginecológicos. Dra. Markham es la Editora adjunta de los cánceres ginecológicos en Cancer.Net y fue la presidenta anterior de la Cancer Communications Committee de la American Society of Clinical Oncology (Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica). Sígala en Twitter en @DrMarkham.

La Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica es consciente de que las personas con cáncer y los supervivientes de cáncer, particularmente aquellos con sistemas inmunitarios comprometidos, probablemente estén preocupados por el potencial impacto de COVID-19 en su salud. Los pacientes deben hablar con sus oncólogos y sus equipos de atención médica para analizar sus opciones y protegerse de la infección.

COVID-19, o la enfermedad por coronavirus 2019 es una enfermedad causada por un coronavirus nuevo que se identificó por primera vez en un brote en Wuhan, China, en diciembre de 2019.

Los coronavirus son una gran familia de virus que pueden causar enfermedades leves, como un resfriado común, hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome, SARS) y el síndrome respiratorio de Medio Oriente (Middle East Respiratory Syndrome, MERS). Debido a que el nuevo coronavirus está relacionado con el coronavirus asociado al SARS (SARS-CoV), se le ha denominado SARS-CoV-2. No es conoce el origen exacto de SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19, pero es posible que se originó en los murciélagos.

El virus puede transmitirse de una persona a otra, a través de pequeñas gotas de la nariz o la boca que se produce cuando una persona tose o estornuda. Otra persona puede contraer COVID-19 si inhala estas gotas o si toca una superficie donde cayeron estas gotas y luego se toca los ojos, la nariz, o la boca.

Los síntomas del COVID-19 pueden ser de leves a severos y pueden aparecer de 2 a 14 días después de la exposición al virus. Estos síntomas pueden incluir fiebre, tos, dificultad para respirar, escalofríos, dolor de cabeza, dolor de garganta, y una nueva pérdida del sentido del gusto o del olfato. Otros síntomas pueden incluir dolores musculares y molestias, fatiga, congestión o escurrimiento nasal o diarrea. En algunas personas, la enfermedad puede causar neumonía y enfermedades cardíacas, y puede ser fatal. Es posible que algunas personas infectadas no desarrollen ningún síntoma.

COVID-19 puede ocurrir en ambos niños y adultos. Sin embargo, la mayoría de los casos de la enfermedad ocurre en los adultos. Parece que los síntomas que experimentan los niños son más leves que los síntomas que experimentan los adultos. Se ha reportado recientemente un síndrome inflamatorio multisistema asociado con COVID-19 en los niños con síntomas como sarpullido, fiebre, dolor abdominal, vómito, y diarrea.

Un análisis de 928 personas con cáncer y COVID-19 presentada durante el ASCO20 Virtual Scientific Program (Programa Científico Virtual ASCO20) reveló que tener cáncer activo y progresando se asoció con un riesgo 5 veces mayor de morir dentro de 30 días en comparación con los pacientes que estaban en remisión por cáncer.

Actualmente, no hay una vacuna para prevenir el COVID-19, pero se hace investigaciones clínicas para desarrollar una vacuna segura y eficaz.    

La manera más importante de protegerse es evitar exponerse al COVID-19. Quédese en casa tanto como sea posible y evitar las zonas donde se congregan las personas. Evite viajes innecesarios y siga las pautas sobre las restricciones de viajes emitidas por las autoridades sanitarias en su país, la Organización Mundial de la Salud (OMS), y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC) de los EE. UU..

Otra manera fundamental de protegerse es lavarse las manos a menudo con agua y jabón durante al menos 20 segundos; es decir, el tiempo que le llevaría tararear la canción de feliz cumpleaños de comienzo a fin dos veces. Si no tiene agua y jabón, use un desinfectante para manos que contenga al menos 60% de alcohol. Sin embargo, la mejor manera de lavarse las manos es con agua y jabón.

Además de lavarse las manos con frecuencia, es importante que:

  • Evite tocarse los ojos, la nariz y la boca.

  • Si tiene que toser o estornudar, use un pañuelo desechable. Luego deseche el pañuelo. Al toser o estornudar cúbrase con el codo y no en la mano.

  • Evite el contacto cercano con personas que están enfermas.

  • Limpie con frecuencia los objetos y las superficies que toque con toallitas o aerosol de limpieza para el hogar. Estos objetos y superficies incluyen los picaportes de las puertas, los mostradores, los baños, los teclados, las tabletas, los teléfonos, entre otros.

Algunas personas con COVID-19 no tienen síntomas y no saben que tienen el virus. Por esto, los CDC recomiendan que lleva una mascarilla de tela cuando sale en público. La mascarilla de tela no necesariamente proteja a usted de contraer el virus, pero puede prevenir la propagación del virus en la comunidad. La mascarilla debe cubrir la nariz y la boca. 

Se debe guardar las mascarillas quirúrgicas y las mascarillas N95 para los trabajadores sanitarios porque hay un suministro limitado. 

Recuerde que llevar una mascarilla de tela u otra cosa que cubre la cara no es una sustitución para la distancia social o física. 

No hay evidencia de que la vitamina C, aún en una alta dosis, ayude a prevenir COVID-19.

Las personas con cáncer, las personas que están recibiendo tratamiento para el cáncer, los pacientes mayores, y las personas con otras enfermedades serias o crónicas, como la enfermedad pulmonar, la diabetes, o la cardiopatía, tienen un riesgo alto de contraer la enfermedad grave de COVID-19 que puede llevar a la muerte. Datos recientes han mostrado que personas con cáncer activo o progresando pueden tener un riesgo más alto que las personas que tienen un cáncer en remisión. Las personas con cáncer deben seguir las mismas reglas que las personas que no tienen cáncer: Lávese las manos cuidadosamente y con frecuencia. Deja de tocarse la cara y evite el contacto con las personas que tienen enfermedades.

Las personas con un alto riesgo de desarrollar una enfermedad grave de COVID-19 deben evitar los viajes no esenciales durante el brote de COVID-19. En muchos paises y en la mayoría de las regiones en los EE. UU., había una orden oficial para que los residentes se queden en casa o una orden de refugio de emergencia.  Para las personas con cáncer que viven en una región con este tipo de restricción, evite salir de su casa si no es necesario. Si se ha levantado la orden oficial de quedarse en casa o está en el proceso de levantársela en su región, es mejor vivir como si todavía la hubiera. Quédese en casa para reducir su exposición a otras personas. Evite las reuniones sociales y si tiene que salir de casa, manténgase a una distancia de por lo menos seis pies entre usted y otras personas. Solo debe salir de su casa si tiene una razón esencial, como comprar comida, visitar el médico, o recoger medicamentos de la farmacia. El viaje debe ser lo más corto posible y debe llevar una mascarilla o una tela que cubre la cara. Otra alternativa es ordenar la entrega de medicinas y comida a la casa para no tener que salir.

Caminar o hacer ejercicios al aire libre está bien si el área no está llena de otras personas y puede mantener una distancia de por lo menos 6 pies de las otras personas.

Asegurarse de mantener suficientes medicamentos esenciales para un mes como mínimo, incluso las prescripciones y los medicamentos de venta libre. Crear o actualizar una lista de personas de contacto en caso de emergencia, incluso familiares, amigos, vecinos, y organizaciones en su vecindario que pueden proveer información o apoyo.

Para mantener una conexión con su sistema de apoyo, conectar con la familia y los amigos virtualmente, con videoconferencias o llamadas telefónicas. Algunos ejemplos de la tecnología que puede usar para videoconferencia son FaceTime, Zoom, Google Hangouts, y otras redes sociales, como Instagram y Facebook.

Si tiene un tratamiento oncológico programado durante el brote de COVID-19, hable con su oncólogo sobre los beneficios y los riesgos de continuar o aplazar el tratamiento. Si no tiene un tratamiento oncológico programado, pero si tiene una cita con su oncólogo, podría ser posible tener la cita por videoconferencia o a través de una plataforma de telemedicina. Hable con su equipo de atención del cáncer para confirmar si este es una recomendación para usted.

  • ¿Cuál nivel de calidad de vida me parece inaceptable?

  • ¿Si mi estado de salud empeora, cuales son mis objetivos más importantes?

  • ¿Si no puedo hablar por mí mismo, quién puede hablar por mí?

  • ¿Hay personas que no deben estar involucrados en la toma de decisiones por mí?

  • ¿Si mi corazón deja de latir, quiero RCP (resucitación cardiopulmonar)?

¿Qué debo hacer si creo que es posible que tenga COVID-19?

Llame antes de visitar a su profesional de atención médica o al departamento de emergencias si tiene fiebre y otros síntomas de una enfermedad respiratoria, como tos o dificultad para respirar. Comuníquese con ellos si usted cree que es posible que tenga COVID-19. Su profesional de atención médica le pedirá información sobre sus síntomas, historia de viajes, exposición, y factores de riesgos médicos para determinar si necesitará una prueba para COVID-19. Entonces, recibiría instrucciones sobre cómo obtener una prueba en su comunidad.

Una pregunta frecuente es a que doctor debe llamar. Recomiendo que llama el médico con quien interactúa más. Si no han recibido tratamiento contra el cáncer por más que un año y está visitando un médico general a menudo, llame a su médico general. Sin embargo, si está visitando su oncólogo a menudo o está recibiendo tratamiento contra el cáncer, comuniquese con su oncólogo.

Si usted está recibiendo tratamiento contra el cáncer que suprime el sistema inmunitario y presenta fiebre y síntomas respiratorios, contacte a su oncólogo como habitualmente lo haría si tiene fiebre mientras recibe el tratamiento. Asegúrese de seguir sus indicaciones sobre cuándo debe asistir al consultorio o al hospital y cuándo es más seguro quedarse en el hogar.

Los síntomas graves pueden ser una emergencia médica y puede que tenga que llamar el número de emergencias. Si usted o su ser querido tiene síntomas, como dificultad por respirar, dolor persistente o presión en su pecho, confusión nueva, o labios de color azul, debe buscar atención médica inmediatamente.

Las pruebas para COVID-19 suponen la inserción de un hisopo de algodón de 6 pulgadas, parecido a un Q-tip, en lo profundo de su cavidad nasal, por lo menos, por 15 segundos. Se pone el hisopo en un recipiente especial y se envía a un laboratorio para analizar la muestra. En los EE. UU., hay una prueba casera por el virus aprobada por una autorización de uso de emergencia de la Administración de Alimentos y Fármacos (US Food and Drug Administration, FDA). La prueba casera solo está disponible para los profesionales sanitarios y los trabajadores de emergencias expuestos al virus o que tienen síntomas de COVID-19.

Si es posible que tenga COVID-19, quédese en casa y aíslese mientras espera los resultados. Si está enfermo, quedarse en el hogar es la mejor manera de evitar la transmisión del nuevo coronavirus y otros virus respiratorios, como la gripe, a otras personas. Si vive con alguien y pongáse en cuarentena usted mismo en una parte de la casa para reducir el riesgo de propagar el virus a las otras personas en la casa.

Recuerde también, asegurarse de lavarse las manos a menudo.

Si le preocupa que haya estado en contacto con a una persona con COVID-19, tiene que monitorizarse usted mismo para la aparición de síntomas. Revise con frecuencia su temperatura corporal para detectar fiebres. Si tiene cáncer activo o está en tratamiento actualmente, informe a su equipo de atención oncológica sobre su exposición posible. El 3 de junio de 2020, se publicó una investigación en la New England Journal of Medicine (Revista de Medicina de New England) que incluyó 821 personas sin síntomas sugestivos de COVID-19 que tenían una exposición en su casa o en su trabajo a COVID-19. La investigación mostró que el tratamiento mostró que el tratamiento con hidroxicloroquina después de una exposición al COVID-19 no proporcionó ningún beneficio.

¿Es posible confirmar si ya he tenido COVID-19?

Se están desarrollando pruebas de anticuerpos, también conocidas como pruebas serológicas. Es posible que estas pruebas indiquen que ya habrá tenido una infección por COVID-19. Las pruebas buscan para los anticuerpos en la sangre. Los anticuerpos son proteínas específicas hecho por el cuerpo en respuesta a una infección.

La presencia de anticuerpos no necesariamente indicará que tiene una inmunidad a COVID-19 o que está inmune a una infección secundaria de la enfermedad de COVID-19. Es posible que algunas personas quien se enfermen con COVID-19 tendrán niveles bajos de anticuerpos o no producirán anticuerpos. También puede que algunas personas tuvieren un falso positivo, que significa que la prueba encuentra los anticuerpos, pero los anticuerpos están causados por otro coronavirus y no el COVID-19.

Las pruebas de detección de anticuerpos todavía no están ampliamente disponibles y no hay pruebas de anticuerpos caseras.

¿Si he tenido COVID-19, podría continuar el tratamiento para el cáncer?

Si ha obtenido un resultado positivo para COVID-19, debe tener una discusión con su oncólogo sobre el efecto de la enfermedad en el tratamiento contra el cáncer. En muchos centros oncológicos un resultado negativo para COVID-19 es recomendado antes de que pueda recomenzar quimioterapia u otro tratamiento para el cáncer. Sin embargo, algunos pacientes con COVID-19 siguen obteniendo resultados positivos después de la resolución de sus síntomas. En esta situación, su equipo de atención médica considerará los riesgos y los beneficios de recomenzar el tratamiento para el cáncer a pesar del resultado positivo.

Cuando reinicia su tratamiento para el cáncer, es importante llevar una máscara a la clínica de infusiones o al centro oncológico y usar gel antiséptico o lavarse las manos antes y después de la cita para practicar la buena higiene de las manos.

¿Hay tratamientos para COVID-19?

Los científicos están trabajando para desarrollar y ensayar tratamientos para COVID-19. Los ensayos clínicos son estudios de investigación en que participan las personas. Trabajando rápidamente, unos investigadores y médicos han desarrollado ensayos clínicos para encontrar tratamientos eficaces para esta enfermedad. Los ensayos clínicos que estudian tratamientos posibles para COVID-19 son abiertos en algunos lugares en los Estados Unidos y otros países. Si le han diagnosticado con la enfermedad de coronavirus y usted participa en un ensayo clínico para pacientes con COVID-19, es posible que recibiere los medicamentos. También su participación ayuda a los científicos encontrar el tratamiento más eficaz y seguro para la enfermedad. Por ejemplo, los investigadores del estudio Beat19, una investigación por el Instituto Nacional del Cáncer de los EE. UU. (National Cancer Institute) que se llama la NCI COVID-19 in Cancer Patients Study (NCCAPS) y de una investigación en la Universidad de Stanford en California (las tres enlaces anteriores son en inglés) están recopilando detalles sobre los síntomas de personas que tienen COVID-19 para entender mejor la progresión de la enfermedad y para encontrar un tratamiento.

Es posible que Remdesivir, un medicamento antiviral, pueda ayudar en el tratamiento de las infecciones de COVID-19. Remdesivir es una de tantas medicinas que se está estudiando como un tratamiento posible para las infecciones de COVID-19 en los ensayos clínicos. El 1 de mayo, remdesivir recibió una autorización de uso de emergencia por la FDA. La autorización permite la administración de este medicamento intravenoso a los pacientes en el hospital con infecciones graves de COVID-19.

El plasma convaleciente es la porción líquida de la sangre que se colecta de personas que han recuperado de COVID-19. Es posible que el plasma tenga anticuerpos contra el SARS-CoV-2. Todavía, el plasma convaleciente no es un tratamiento aprobado para COVID-19, pero se estudia en ensayos clínicos como un tratamiento posible. Si usted ya ha recuperado completamente de una infección de COVID-19, puede donar su plasma en un banco de sangre local para ayudar a otros. Aprender más sobre la donación del plasma convaleciente en los EE. UU. en los sitios web de La Cruz Roja y la AABB (previamente conocido como la American Association of Blood Banks o la Asociación Estadounidense de los Bancos de Sangre).

También se investiga la hidroxicloroquina (Plaquenil) y la cloroquina (Aralen) para tratar o prevenir el COVID-19 porque una pequeña investigación en francés con 20 participantes demostró la posibilidad de usar estos medicamentos como un tratamiento para las personas con COVID-19. Sin embargo, han surgido datos de algunas investigaciones que indican que la hidroxicloroquina y la cloroquina no sean útiles en el tratamiento del COVID-19. Algunas investigaciones han demostrado un aumento posible en las muertes relacionadas a estos fármacos. El 24 de abril, la FDA publicó un aviso (en inglés) que no debe usar estos medicamentos fuera de un ensayo clínico o un hospital a causa de un ritmo cardiaco anormal y potencialmente fatal que puede ocurrir como un efecto secundario de esta combinación de medicamentos. El 25 mayo 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS), suspendió temporalmente las investigaciones clínicas usando hidroxicloroquina después de que una investigación que se publicó en la revista Lancet (en inglés) demostró un aumento en la mortalidad en los pacientes con COVID-19 que tomaron hidroxicloroquina comparado con los pacientes que no la tomaron. Sin embargo, los autores de la investigación no podían realizar una auditoría de los datos y retractaron públicamente retirando las publicaciones de la revista. Como resultado, la OMS resumió la investigación de hidroxicloroquina el 3 de junio, pero sacó la medicina de los estudios clínicos el 17 de junio debido a su inefectividad. Una investigación presentada en el ASCO20 Virtual Scientific Program (Programa Científico Virtual de ASCO20) encontró que los y las pacientes con cáncer que se usó una combinación de hidroxicloroquina y azithromycin, un antibiótico, como un tratamiento de COVID-19 tenía 3 veces más riesgo de morir dentro de 30 días en comparación con los pacientes que no recibieron estos medicamentos. El 15 de junio, la FDA revocó su autorización de uso de emergencia para hidroxicloroquina y cloroquina debido a sus hallazgos que estos medicamentos no son útiles para tratar COVID-19 y que los riesgos asociados con ellos superan los beneficios potenciales. El 20 de junio, los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos (National Institutes of Health) terminaron un ensayo clínico usando hidroxicloroquina en pacientes hospitalizados con COVID-19 porque el estudio encontró que era poco probable que el medicamento fuera útil. 

Una versión de cloroquina (cloroquina fosfato) es un aditivo que se usa para limpiar los acuarios de peces. Consumir este aditivo para los acuarios de peces ha resultado en sobredosis y por lo menos ha fallecido una persona a causa de esto. No consuma este producto—puede matarse.

No beber o inyectar la lejía u otros desinfectantes de la casa. Es muy peligroso y puede ser mortal. Estos no son tratamientos para COVID-19 y no ayudan a prevenirlo.

Para ayudar a responder a esta pregunta, los expertos en la sanidad pública han trabajado con los gobiernos locales y federales. En algunas partes del mundo, incluso muchas partes de los Estados Unidos, se ha levantado restricciones de quedarse en casa o refugio de emergencia o puede que se los levante en los próximos días o semanas. Sin embargo, sabemos que el coronavirus continúa de circular en la comunidad y en algunas comunidades más que otras. Es posible que veamos otra ola de enfermedades y muertes por COVID-19 cuando los negocios no esenciales reabran y las personas salgan de su casa con frecuencia.

Si su comunidad local, condado o municipio, o estado ha permitido la reapertura de los negocios no esenciales, la mejor manera de protegerse del virus es continuar quedándose en casa y no salir tanto como sea posible. Continúe llevando mascarillas de tela u otra cosa que cubre la cara cuando salga su casa. Continúe lavando las manos cuidadosamente y con frecuencia y manténgase por lo menos una distancia de 6 pies entre usted y otras personas si tiene que ir al supermercado, la farmacia, u otro lugar dónde hay muchas personas.

Si decide comer en un restaurante que está abierto, comer afuera es más seguro. El restaurante debe haber implementado medidas de distanciamiento físico. Evite los bufés. Intente no tocar el menú a menos que haya visto que se limpie primero o use una aplicación del teléfono para leer el menú. Siempre llave las manos o use gel antiséptico después de tocar cualquier cosa.

La estrategia más segura es seguir viviendo como si las restricciones de quedarse en casa aún estuvieran implementadas, especialmente si se lo considera una persona con un alto riesgo de desarrollar el COVID-19.

Si tiene preguntas sobre su riesgo personal debido a su cáncer o su tratamiento para el cáncer, hable con su médico para sus consejos.

Es importante mantenerse actualizado y estar al tanto de la última información sobre el brote de COVID-19. Los CDC y sus departamentos de salud locales y estatales contarán con información actualizada sobre si la enfermedad se ha diagnosticado en su comunidad.

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